Confirmó su apoyo firmando el Tratado de Joinville el 31 de diciembre de 1584, en el que quedaba designado como sucesor al trono el Cardenal de Borbón, tío del rey de Navarra y segundo en la línea de sucesión, camisetas de futbol baratas pero católico. Enrique III tuvo que ceder ante las exigencias de la Liga, que había adquirido gran fuerza tras la firma del Tratado de Nemours. Es el caso de los Campeonatos de Liga, disputados anualmente desde que nacieran en 1929 y que son considerados como las principales competiciones del país. La llegada a París del duque de Mayenne, hermano de Enrique I de Guisa y jefe de la Liga nobiliaria, para castigar a los extremistas que habían decidido ejecutar a Brisson, marcó una ruptura en el seno de la Liga. Los miembros más extremistas de la Liga impusieron el terror en París, organizando procesiones espectaculares de religiosos armados y procesiones de miles de niños, y encarcelando a los hombres conocidos por su lealtad al Rey, a los que llamaban los «políticos». Repartidas por toda Francia, ya existían pequeñas organizaciones católicas que luchaban contra los protestantes, como la Liga picarda, creada en 1568. Sin embargo, la concesión de localidades seguras para los hugonotes provocó el descontento y la rebelión de los católicos más extremistas contra el rey.
Constituyó uno de los peligros más grandes que conoció la monarquía francesa antes de la llegada del Absolutismo, junto con la Fronda, en el siglo siguiente, cuyos actores tuvieron muy presente el espíritu de la Liga. Las cofradías del “Santo Espíritu” y otras ligas se unieron en nombre de la “Santa Trinidad” para restaurar y defender a la “Santa Iglesia católica, camisetas bayern munich romana y apostólica”. Y, como señala el dueño del equipo, ese pato de aspecto feroz también “representa el valor” del mercado y el espíritu obrero de la zona. La Liga publicó su proclamación el 31 de marzo de 1585 en Péronne, declarando que su intención era que el rey no protegiera a los protestantes, se restableciera el catolicismo como religión única y se obligara al rey a rendir cuentas regularmente a los Estados Generales. En diciembre de 1576, el rey Enrique III se puso al frente de la Liga reescribiendo su programa de intenciones (la parte en la que el poder real se somete a los Estados Generales). Mientras tanto, los rumores de una insurrección se extendieron por París, y Enrique III prohibió la entrada en la ciudad al Duque de Guisa.
La Santa Liga tuvo una fuerte implantación en las regiones del este y del noroeste de Francia: Lorena, Borgoña, Champaña, Bretaña, Normandía y en la ciudad de París, donde tuvo lugar la Matanza de San Bartolomé. Todas las provincias dominadas por la Liga (especialmente Lorena, sede de los Guisa), Champaña, el Midi, Borgoña, Bretaña y Normandía (dominada por Philippe-Emmanuel de Lorraine, duque de Mercoeur, gobernador de Bretaña y cuñado del duque de Guisa) y la región de París, se sublevaron contra el “tirano” Enrique III. Paralelamente a esta segunda Liga, se constituyó otra liga de ciudades, primero en París y después en Turena, Champaña, alemania camiseta Borgoña. Actualmente el sistema de competición es de un formato de liga, con 16 equipos, que se enfrentan entre sí, a doble vuelta. Sin embargo, la Liga no se comienza a desarmar hasta el momento en que el rey Enrique IV abjuró del protestantismo el 25 de julio de 1593 en la Basílica de Saint-Denis y retornó al catolicismo.
La caída de París marcó el principio del fin de la Liga, el 27 de marzo Ruan se sometía al monarca, el 8 de abril Vézelay, el 9 de mayo tras un asedio de dos semanas Vervins y Laon el 22 de julio. Obligado a reconciliarse con los liguistas, el 15 de julio firmó en Ruan el «Edicto de Unión» contra los protestantes, y dejó la ciudad portuaria de Boulogne-sur-Mer en manos de la Liga a fin de que estos pudieran recibir a la flota española. Pero, a pesar de lograr el título de campeón uruguayo, Central Español no clasificó a la siguiente Copa Libertadores (torneo que nunca logró disputar) siendo desplazado por Bella Vista en la Liguilla de ese año, quien lo superó por penales en el partido decisivo (0-0 fue el resultado en los 90 minutos y el alargue). Partido de clasificación frente a la Unión Soviética para los JJ. Enrique I de Guisa se puso entonces al frente de una nueva Liga.